Qué queremos decir con… «Pelandusca»


La prostitución, escuché decir una vez, es cosa tan antigua como la necesidad humana de procurarse placer. Y no es que haya sido un oficio monopolizado por las mujeres, pero las evidencias fisiológicas nos incitan a concluir que el sector que mayores servicios sexuales ha demandado en este campo ha sido el masculino. Por lo tanto, parece razonable pensar que el campo semántico para definir a las mujeres que han ejercido el arte de la satisfacción de la líbido varonil cuenta con tantos vocablos como sociedades requirieron de una voz para describir dicha profesión.

En lo concerniente a la lengua española, hay voces malsonantes, ingeniosas, totalmente explícitas o símiles muy agudos. putón, zorra, pécora, pindonga, fulana, lagarta, meretriz, peliforra, pendeja, comepo.. De entre todos, el que más me ha llamado la atención por su singular historia ha sido el de «pelandusca». El término no invita a mayor discusión. Cuando alguien vocifera esta palabra en la actualidad, la congregación entera sabe el significado que conlleva. No obstante, sin ánimo de subestimar, apostaría a que la mayoría desconoce su punitivo origen.

Bien la justicia inquisitorial, bien la justicia civil, por momentos determinaron la prohibición de que hombres y mujeres degeneraran en sus buenas costumbres y cayeran en el pecado carnal de mayor vileza, hacer mercado de la coyunda, acción que tenía por función el procrear y nada más. En la ciudad de Salamanca, por ejemplo, se las expulsaba a los arrabales a través del puente romano durante la Semana Santa para que los hombres conservaran impune su castidad… al menos durante los días de Pasión y Muerte. El caso es que, uno de los correcitvos que se les aplicaba a las mujeres con tan ruin estilo de vida, y aquí viene el descubrimiento, consistía en raparles la cabellera. Al fin y al cabo, la melena era un símbolo de la sexualidad femenina, fuente que incitaba a la indebida tentación. Como si se tratara de la carraca o el San Benito, la calvicie punitiva era un estigma que deshonraba a cualquier mujer en tanto que anunciaba claramente la causa de su castigo. Cuando las personas veían a una de estas señoras por la calle la increpaban gritándole aquello de «pelandusca, pelandusca (de pelada)», igual que si dijeran algo menos eufemístico que ramera.

  1. albertopan
    enero 17, 2011 a las 7:42 pm

    Creía que era ‘pelandrusca’.

    • blademanu
      enero 17, 2011 a las 8:13 pm

      Pan! Yo también lo pensaba, pero es pelandusca, jeje. Un abrazo 😀

  2. Memorant
    enero 18, 2011 a las 11:41 am

    Quizas en la actualidad nos ha llegado como pelandrusca, porque yo tambien lo conocia asi. Las palabras evolucionan al fin y al cabo xD

  3. blademanu
    enero 18, 2011 a las 12:12 pm

    Me voy a poner académico: el término «pelandrusca» no aparece en la RAE… será la cultura oral la que haya evolucionado, pero incluso en google, si pones «pelandrusca» te dice «habrá querido decir, pelandusca». No sé, se podría buscar alguna explicación a esto, máxime cuando en español solemos comernos las «r» más que incorporarlas.

    Saludos!!!!!!!!!!!

  4. Memorant
    enero 19, 2011 a las 11:24 am

    Es posible que pelandrusca sea una variante regional. Se lo preguntaré a mis amigos de otras partes de España a ver si conocen el término.

    ¡Saludos!

  5. Pablo Spangenberg
    enero 13, 2013 a las 1:40 pm

    lo interesante del término es que podría distinguir a la prostituta en cuanto pelandusca no sería actualmente sino aquella ramera a cara descubierta, quien ostentaría esa condición o disposición a su práctica

  6. rafael
    enero 25, 2013 a las 12:36 pm

    podría saber quien es el autor de la plumilla en que se representa a la Inquisición cortando el pelo a una prostituta ? Gracias

  7. diciembre 4, 2014 a las 7:47 pm

    Al menos en La Rioja el vocablo utilizado es el de pelandrusca con el significado de mujer de mala fama o de prostituta

  8. agosto 12, 2019 a las 6:22 am

    Buena investigación. Buena Página. ¡Ánimo!

  1. septiembre 18, 2012 a las 5:31 am

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